
LA ESMERALDA, MUCHO MÁS QUE UNA PIEDRA PRECIOSA
Aguas arriba de La Paz se encuentra ilesa la historia toda de la ciudad, de su inagotable río Paraná y de su gente. Pasado y presente, lo que el paso del tiempo nunca se podrá llevar, del todo…
Desde hace mucho tiempo, existe una historia de amor por el chocolate que unió a dos ciudades tan iguales y tan distintas como fueron Londres y Buenos Aires a principios del siglo XX.
Los Almacenes Harrods ya funcionaban en Londres (desde 1834) y eran el orgullo de Charles Henry Harrod y de todos los habitantes de Inglaterra que allí encontraban no solo el último grito de la moda (ropa, zapatos, perfumes, comida, cosas para la casa, juguetes, etc etc) sino también algunas exquisiteces dulces que les permitían ser más felices todos los días.
La Sucursal porteña
En 1914, en Buenos Aires, en la manzana delimitada por Florida, la más tradicional de las calles porteñas, Paraguay, San Martín y Córdoba, se levantó el majestuoso edificio de las Tienda Harrods, la única sucursal que tuvieron los Almacenes Harrods fuera de Inglaterra.
Al igual que en la Harrods de Londres, en la de Buenos Aires funcionaba también una particular chocolatería donde era posible adquirir chocolates y bombones que respetaban las viejas recetas europeas que se adaptaron de manera perfecta al paladar de la aristocracia argentina de aquellos años.
Los chocolates y bombones de la Tienda Harrods pasaron a ser el mejor regalo que una mujer podía recibir para una fecha especial pero también cualquiera fecha resultaba excusa perfecta para deleitarse con el mejor chocolate que tenía Buenos Aires en aquellos años.
Y dentro de la variada gama de bombones y chocolates que decoraban las tan observadas vidrieras de la chocolatería sobresalía un pequeño producto mágico que venía en cajitas y al que nadie podía resistirse: las mentitas bañadas en chocolate….
Delicatessen de la Casa Real
Dicen que eran las preferidas de la Reina Isabel II de Inglaterra (1926-2022) y que cualquier lord inglés, primer ministro o visitante que pretendía caerle bien a su Majestad, debía llegar al Palacio de Buckingham con una caja de mentitas bañadas en chocolate. Comprada en Harrods, obviamente.
El chisme rápidamente llegó a la Harrods de Buenos Aires y dentro de la chocolatería (…gracias a la ayuda de algún viaje a Londres y a clientes que cruzaban una y otra vez el océano) lograron copiar la receta de manera perfecta, y así conservarla intacta, dulce como el chocolate y fría como la menta, hasta nuestros días.
Karen Baskay Alcaraz, la hoy dueña de la fábrica de chocolate Altos del Paraná fue parte de ese glorioso pasado donde una tía llamada Margot era la dueña de la chocolatería de Harrods y ella con tan solo 19 años comenzó a aprender las recetas europeas con las que se daba vida a los mejores bombones y chocolates que tenía Buenos Aires ….entre ellas las mentitas bañadas en chocolate.
Hoy, Londres conserva intacto el gran sueño de Charles Herny Harrod : sus Almacenes Harrods, que vieron la luz en 1834, continúan contando la historia desde el mismo lugar donde nacieron.
Hoy, en Buenos Aires ya no existe la Tienda Harrods pero la receta mágica de las mentitas bañadas en chocolate continúa elaborándose todos los días en La Paz, Entre Ríos, en una fábrica de chocolates donde algunos duendes y seres mágicos que la habitan siguen cuidando la continuidad de esta dulce historia, para siempre.
¡Qué Dios nunca olvide a la Reina ni a sus inolvidables mentitas bañadas en chocolate!
En La Paz, Entre Ríos hay un secreto muy muy bien guardado. ¿Una pista? Redondas y frías, bañadas en chocolate y mmmm…perfectas para morderlas muy despacito...!!!
Aguas arriba de La Paz se encuentra ilesa la historia toda de la ciudad, de su inagotable río Paraná y de su gente. Pasado y presente, lo que el paso del tiempo nunca se podrá llevar, del todo…
En tiempos de polenta fácil y vacas flacas solamente a un grupo de locos se les ocurre gastar nafta y comer asado. Gracias a Dios eligieron a La Paz. Entre Ríos para hacer de las suyas.
La Fiesta del Surubí Entrerriano en la Paz, convoca con la llegada de cada otoño a cientos de pescadores que buscan hacer realidad el sueño de sacar “la bestia más grande ” y ganar el millonario concurso.
“Si no fuiste a la fábrica de chocolate no terminaste de conocer la Paz” es lo que se escucha a casi todos los vecinos de la ciudad y desde que se inventó “la joya” no hay dudas que el lugar merece una excursión.
Hacelo una vez en la vida
Información turística sobre imperdibles de Entre Ríos
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